HISTORIA Y TRADICIÓN

Los habitantes del valle del Roncal se han dedicado, en su mayoría al pastoreo. La escasa productividad de las tierras y la gran abundancia de pastos, unido a la decadencia de la caza y la pesca por un fuerte cambio climatológico, les ha inducido a ello, ya desde la prehistoria.

Este singular oficio, continúa siendo hoy, el principal medio de vida de muchas familias roncalesas. Pero la vida de nuestros pastores no es fácil. Los pastos, ricos en primavera y verano, quedan cubiertos pronto por las nieves, y el pastor y su rebaño tienen que trasladarse a zonas más cálidas( ribera de Navarra) durante el invierno, lo que origina la trashumancia.

Como nota histórica, se cuenta que fueron los uztarruztarres quienes consiguieron el disfrute a perpetuidad de las Bardenas Reales para pasto invernal de las reses roncalesas cuando al lado del rey Sancho García salieron al encuentro de los árabes que habían atacado aquellas tierras.

Todavía queda quien sigue realizando la trashumancia a pie que, suele durar 5 o 6 días.

Los rebaños se conducen por las cañadas que discurren fuera de los valles y tierras de labor y se adentran en las sierras en busca de pastos.

La indumentaria típica del pastor era la piel del choto o de cabra que ellos mismos preparaban para protegerse del frío. Recibía el nombre de espaldero. Con la piel de oveja, hacían un delantal que les cubría el pecho y piernas. Se calzaban con abarcas de piel de ternero sin curtir. Completaba este traje el zurrón, cartera de cuero con una larga correa, que el pastor colgaba de su hombro.

Tiene Uztárroz una iglesia del siglo XVI que está dedicada a Santa Engracia, y en ella se encuentra un importante retablo romanista y el mejor ejemplar de órgano barroco de Navarra. También tiene Uztárroz ermita, la de la Virgen del Patrocinio.

El órgano se caracteriza por los tubos ( un grupo) en posición horizontal o en batería.

Fue construído por el afamado organero pamplonés Mathias de Rueda.

En 1738 fue trasladado a Uztárroz a lomos de mulas.

En este mismo año, 1738,  el maestro organista de Ochagavía Pedro Ochoa lo examinó y dio su veredicto laudatori para su aceptación y pago.

En 1788, un organero francés limpió y registró  el órgano.

En 1796, un organero francés, acompañado de un criado, puso los contras al órgano, arregló el fuelle y la sillería del coro, etc. durante dos meses y cuatro días.

 

 

LAS ALMADÍAS

Una balsa ligada con atadizos vegetales, unos tripulantes cubiertos con pieles de cabra-espalderos- portando sus enseres sobre unos palos cruzados-ropero-, alforjas con viandas en un lado y bota grande y preñada en el otro, ropa limpia para la cuadrilla, y algún cabrito en canal navegando cabeza abajo. Almadieros del Roncal, aventureros de la necesidad.

Roncal, Sangüesa, Tudela, Gallur, Alagón, Zaragoza, era su itinerario.

Allí "conocían", se bebían todo el mundo a su alcance, y volvían andando en tres días. Traían el dinero de la venta de sus almadías y algún regalo, regaliz de palo arrancado en la vera del río, zapatos para las niñas y alguna ropa para las mujeres.

 

EL TRIBUTO DE LAS TRES VACAS

Todos los años, en lo alto del Pirineo, junto a la boca de la sima de San Martín, se celebra el 13 de Julio una curiosa ceremonia. En la misma muga 262, y casi sin interrupción desde 1375, loa alcaldes roncaleses, con su traje tradicional, reciben de sus vecinos del valle de Baretous el tributo de las tres vacas. Estas que han de ser de dos años, mismo pelaje y dentaje y no tener tacha alguna, se entregan al final. Antes unos y otros ponen mano sobre mano y repiten por tres veces la frase ritual que dice 'Pax Avant'( paz en adelante).

El origen de esta insólita supervivencia medieval habría que ir a buscarlo en la sentencia arbitral de 1375 por la que se ponía fin a las discusiones, reyertas e incluso muertes habidas entre roncaleses y baretoneses por la utilización de los pastos y fuentes fronterizas.

TRAJE REGIONAL

El traje roncalés, considerado hoy para el folklore como el traje típico navarro, es uno de los más severos y señoriales.

El roncalés vestía, como traje de etiqueta, uno de paño negro con chaqueta, chaleco y calzón negro corto, ajustado a media rodilla con trencillas rematadas en borlas, media negra y zapato bajo con hebilla plateada, rodeando además su cintura con la clásica faja ancha morada. Sobre este traje, para solemnidades de iglesia y actos oficiales de importancia, llevaban capote de paño negro con ribetes encarnados y valona blanca de lino, planchada con pliegues en el cuello y lisa en los colgantes delanteros. Usaban en todo momento sombrero redondo de fieltro grueso, con barbuquejo que colgaba lateralmente, terminando en borlas.

Las mujeres casadas o de edad llevaban falda negra, y las solteras doble falda azul, recogida la de encima hasta la cintura, mostrando la ancha faja roja del revés, llamada haldar; y de la cintura arriba la prenda llamada justillo( corpiño), cerrado por delante con cordones y decorados sus bordes con ribetes de galón de plata u oro, o bien de cinta de seda recamada con lentejuelas. Rodeaban el cuello con collares( gargantillas) de cristal multicolor, y de él pendía también una alhaja llamada vichi, especie de dije colgante sujeto por una cinta de terciopelo negro. Las mantillas para la iglesia, de paño negro las de las casadas y de rojo o azul las de las solteras, eran de corte semicircular y adornadas en sus bordes por ancha cinta de galón o de seda bordadas en negro o en colores. 

Este es el logotipo de la quesería de Uztárroz. La quesería, cuya silueta resume y simboliza la tradición quesera de este valle que tiene la dicha de ostentar para sus prestigiosos quesos la primera Denominación de Origen. Pequeñas empresas familiares de Vidángoz, Burgui y Uztárroz, juntocon la fábrica de ENAQUESA, mantienen viva y pujante la fama de este queso; sin olvidarnos de la pequeña producción de la borda de Marengo, en Belagua.